AMANDO HASTA EL EXTREMO Maite López
Déjame, Señor,
mirarte bien por dentro,
entrar en tu corazón
y dejarme seducir
y que aumenten mis deseos
de querer ser como tú,
conocerte internamente,
amarte y seguirte más,
apostar mi vida junto a ti.
Déjame verte, Señor,
amando hasta el extremo,
dejándote la piel,
entregando las entrañas,
tus entrañas de mujer,
en una toalla y un lebrillo,
en un acariciar los pies,
en un mirarnos hasta el fondo
sin nada que reprochar
y sin nada que pedir
y con tanto para dar.
Yo, el Maestro y el Señor,
ya no puedo amaros más;
pues como el Padre me ha amado,
así os he amado yo.
Os dejo mi vida entera en este vino y este pan,
este pan que soy yo mismo
que me parto y que me doy.
Mi deseo es que os améis de corazón.
Yo también os quiero ver
amando hasta el extremo,
dejándoos la piel,
entregando las entrañas
como lo hace una mujer,
en una toalla y un lebrillo,
en un acariciar los pies,
en un miraros hasta el fondo
sin nada que reprochar,
y sin nada que pedir
y con tanto para dar.
Sí, te doy todo lo que soy
para que sigas amando
la lucha por la justicia.
Entra en esta intimidad
que se llena de personas y rostros que acariciar,
que me impulsa desde dentro a comprometerme más.
Todos caben en tu corazón.
Quiero seguirte, Señor,
amando hasta el extremo,
dejándome la piel,
entregando las entrañas,
mis entrañas de mujer,
en una toalla y un lebrillo,
en un acariciar los pies,
en un mirarlos hasta el fondo
sin nada que reprochar
y sin nada que pedir
y con tanto para dar.
Y sin nada que pedir; y con tanto para dar.
Y sin nada que pedir; y con tanto para dar…
PARA ORAR:
- Déjame, Señor, conocerte internamente… Que hoy sea esta mi petición, Jesús. Déjame mirarte para conocerte, para que tu imagen quede grabada en mi interior, para que te ame y te siga más de cerca, mejor.
- Déjame verte dejándote la piel, entregando tus entrañas…
- Yo, el Maestro y el Señor, ya no puedo amaros más…
- Mi deseo es que os améis de corazón…
- Quiero seguirte, Señor, amando hasta el extremo…
- …
Escucha la canción de Maite López. ¿Qué petición expresa mejor lo que desea tu corazón? Quédate ahí, mira a Jesús en la Última Cena, partiendo el pan o lavando los pies. Mírale a tus pies, sin nada que pedir y con tanto que dar. Déjate salvar por Él.