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Maria Inez, en las comunidades de Madrid

diciembre 2, 2016

Días antes de que la Superiora General, Maria Inez Furtado fi, terminara su visita canónica a las comunidades de Madrid el equipo de comunicación de España-Italia solicitó su palabra y nos prometió que lo haría al llegar desde Roma; ha cumplido su compromiso con mucha rapidez y aquí os ofrecemos el mensaje que ha dejado, muy estimulante para seguir nuestra vocación-misión,  en la gran familia de Cándida María de Jesús.

– Después de hablar con todas las hermanas, ¿qué mensaje quieres dejarnos?
Quiero agradeceros la acogida, el buen espíritu y el hecho de haber sido mis hermanas en cada gesto, en el compartir, en el interés y en las entrevistas. Destaco el vivo apostolado que hemos palpado Joy Salomo fi y yo al visitar los lugares donde actuáis y la creciente valoración por vuestra parte de la diversidad de vuestros trabajos apostólicos, al haberlos conocido mejor, por haber compartido un poco más sobre ellos entre vosotras.
Y, como hermana vuestra, añadiría: podemos sacar de los dones que Dios ha distribuido en nuestro grupo de FI en Madrid mayor provecho para los demás.
Pero ¡ojo! No me estoy refiriendo a ‘hacer más’ … Todas sabemos ya que se trata de otra cosa…
¿Qué caminos os ayudarán a ampliar lo que vivís a fin de mejor servir, aunar energías, crecer en la UNIÓN DE LOS ÁNIMOS, promover más el bien de los demás que vuestro propio bienestar…?
Dispuestas y disponibles…para acoger el plan del Espíritu que necesita de nosotras para actuar y construir futuro…

– A tu regreso de la visita canónica a Madrid ¿cuáles son tus impresiones?
Lo que ha quedado ‘impreso’ en mi corazón es que hay mucha ‘obra de Dios’ en las hermanas y, muchas veces, no la percibimos…
¿Qué está pasando con nuestra capacidad de ver a Dios en todas las cosas? Nos haría bien ampliar el enfoque de nuestra mirada hasta ser capaces de percibir las sutiles señales de Dios en lo cotidiano, hasta ver en cada hermana el don de Dios, más que sus limitaciones… y hasta lograr salvar siempre la proposición del prójimo (cf. Det. 16).
Volví con esperanza. Hay deseo del ‘magis’ en el grupo de Madrid. Quizás nos paralice la pretensión de que ‘todo esté bien’ o de que todas sean como ‘yo espero’… o de que seamos más parecidas las unas  a las otras… ¡No! Seremos parecidas a Jesús, pero no en todas se destacarán las mismas características de Él…Ya iremos encontrando el camino hacia la alegría de la diversidad. Él nos espera en esta búsqueda. Nos necesita para llegar a los demás y pasará por nosotras aunque no seamos tan ‘perfectas’…Si estamos dispuestas y disponibles…Él pasa por todas…
¿Estamos dispuestas y disponibles a dejar nuestros propios amores, deseos, intereses, voluntades, planes individuales, culturas, traumas, historias pasadas ‘dolidas o gloriosas’…?
¿Creo en la llamada a ‘servir a Dios nuestro Señor en esta nuestra Congregación?
Congregación que se configura en cada tiempo por las enviadas a un mismo lugar. Lo nuestro es expresar en cada lugar el Cuerpo universal, “ayudando así a los prójimos a conocer la bondad de Dios que a todos hace hermanos” (CFI 237).
No olvidemos: ¡es un camino de fe! Y la fe -que es don- hay que alimentarla y hacerla crecer. ¿Qué medios empleamos para ello?

– También deseamos una palabra para la familia de  Cándida María de Jesús en España (o en Madrid ) ¿qué puedes decirnos?
Insistiría en que ‘compartir misión’ es una necesidad para toda la Iglesia, pero es importante que sea un camino que incida más en la identidad vocacional de lo que somos que en lo que hacemos.
Más que para un trabajo organizado en pro de una tarea o responsabilidad, desearía que nuestra Familia Madre Cándida fuera un lugar de crecimiento en nuestra vida de fe; lugar donde, de hecho, fuéramos dando pasos concretos en eso de que cada vocación esté ordenada a la otra, es decir, que cada vocación en nuestra familia llegue a ser verdadera ayuda y estímulo para que crezca y mejore la otra: laicos y religiosas que se ayuden a ser más de Jesús; a vivir más y más según la vocación a la que Él mismo llama y envía; que no se cierren en sí mismos y que ‘aguanten el tirón’ que exige el permanecer firmes en la búsqueda de relaciones humanas inclusivas, que expresen justicia y caridad, lo cual nunca es fácil… pero sin ello no llegaremos al sueño de la comunidad amplia y fraternalmente organizada en la que Jesús es quien convoca, convive y envía.
Necesitamos muchas horas de compartir vitalmente la fe para que cada expresión vocacional se reconozca en misión. No tengamos miedo de inaugurar nuevos espacios de convivencia… donde todos nos sintamos a la par…seamos generosos en eso de ‘salir de lo nuestro’ y demos más espacio y protagonismo al Espíritu. Aprendamos a caminar  JUNTOS y humildemente con nuestro Dios. (cf. Mq. 6,8).

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