Pentecostés es siempre una invitación a volver al origen, al momento en que el Espíritu se derramó sobre los discípulos y discípulas, encendiendo sus corazones, abriéndoles los ojos y enviándoles al mundo como testigos valientes del Evangelio.
Congregadas y enviadas
En los últimos meses, las Hijas de Jesús, también hemos vivido momentos de fuerte experiencia del Espíritu, como lo fue el tiempo de discernimiento en la Congregación General XIX. Una Congregación General es, como el mismo nombre lo dice, un tiempo en que las Hijas de Jesús nos congregamos, nos reunimos para escuchar juntas al Espíritu, discernir lo que Dios sueña para la Congregación y para el mundo.
Pero todo eso tiene un sentido en lo que ocurre después, cuando cada congregada vuelve a su Provincia llevando consigo algo del fuego vivido, de la luz recibida y del aliento compartido. Como los discípulos y discípulas tras Pentecostés, la Congregación Hijas de Jesús es un cuerpo unido y a la vez disperso en misión, llevando en nuestras manos y en nuestro corazón esa llama encendida para seguir animando, acompañando y haciendo presente la Buena Noticia en cada lugar donde estamos enviadas.
Pentecostés, tiempo de cambio y esperanza
Pentecostés nos recuerda que no es tiempo de quedarnos quietas. Es el momento de dejarnos transformar y transformar nuestro entorno. Por eso queremos compartir una canción que nos inspira a vivir este tiempo con valentía y esperanza.
La misma es parte del CD “La audacia del corazón” que se grabó por los 150 años de Fundación de la congregación, 8 de diciembre de 1871, y lo puedes encontrar en la sección recursos de nuestro sitio web, junto con las otras preciosas canciones que se compusieron en aquel momento.
La letra dice así:
🎶 CAMBIA 🎶
Te cambio un día triste
por uno lleno de sol,
te cambio inviernos fríos
por un poco de calor,
te cambio sueños rotos
por un rayo de esperanza
que te haga levantarte
y cantar con toda el alma.
(Cambia)
Ya no habrá más injusticias,
cambiemos el mundo entero,
que sea casa para todos
donde ya no exista el miedo.
Creamos que es posible
darle al mundo una sonrisa,
creemos un futuro
en el que cuidemos la vida.
(Cambia) El mundo entero
(Cambia) se queda pequeño
(Cambia) para mis deseos.
¿Qué haremos con los nuestros?
(Cambia) Yo solo nada,
(Cambia) pero contigo puedo.
(Cambia) Si vamos juntos
llegaremos lejos.
Tus sueños e ilusiones, tu coraje y tu valor,
tus pasos siempre firmes, la fuerza en tu interior,
siguen siendo bandera
que anuncia la esperanza
de un mundo que se mueve,
que camina y que avanza.
(Cambia)
Hoy de nuevo es el momento,
somos el motor del cambio,
estrenemos ilusiones,
hoy el mundo está esperando.
Hoy el corazón me dice
“sé valiente”, “ponte en juego”,
no hay excusas,
es la hora de crear un tiempo nuevo.
(Cambia) El mundo entero
(Cambia) se queda pequeño
(Cambia) para mis deseos.
¿Qué haremos con los nuestros?
(Cambia) Yo solo nada,
(Cambia) pero contigo puedo.
(Cambia) Si vamos juntos
llegaremos lejos.
Cree… Crea… ¡CAMBIA!
Dispersas en misión, unidas en el Espíritu
Al celebrar Pentecostés nos sentimos llamados a cambiar lo grande y lo pequeño, a construir y a reconstruir, a poner luz donde hay oscuridad y a llevar esperanza donde todo se rompe.
El Espíritu nos renueva y hace que, aun en las mismas circunstancias, todo cambie… ¿Qué necesitas que el Espíritu renueve y haga cambiar en tu vida? ¿De qué cambios eres testigo que el Espíritu alienta en personas cercanas a ti?
Que este Pentecostés nos encuentre dispersas en misión y unidas en el mismo Espíritu, alentando la vida, especialmente donde está amenazada y sosteniendo la llama que no se apaga.



