Termina el año 2020. Doce meses que han sido especialmente duros e intensos, que nos han mantenido en una continua incertidumbre. Por más que queramos llenar de esperanza el 2021, y la vacuna nos dé motivos para esperar, sabemos que el cambio de año es solo algo simbólico, no mágico.
Nos decía el Papa en el saludo a las Hijas de Jesús en el comienzo de la preparación para la celebración de los 150 años de la Congregación, que no tengamos miedo de meternos en los ámbitos que están gritando la necesidad de un anuncio evangélico… siempre que no vayan solas, vayan con el Señor. Eso queremos hacer, estar con Él, contemplarle y dejar que nos hable.
Si no dispones de mucho tiempo siempre es posible hacer una lista de lo que he vivido y pedirle al Señor que me ilumine para descubrir cómo ha estado ahí, qué nos ha regalado, qué he aprendido… y que me ayude a no olvidarlo. Pedirle perdón por las veces que me he cerrado en el miedo o en la queja o me de dejado vencer por el cansancio. Abrir mi vida ante Él y decirle que pongo en sus manos el año que comienza, lo que traiga y mi vida, para que él lo convierta en semilla de Reino.
Puede que estés en comunidad, con tu familia o tú sola y quieras dedicar a estar con Dios este último día del año. Te dejamos esta propuesta de oración que ha ayudado a las Hijas de Jesús de la curia. Envían los puntos en dos partes, las ofrecemos como nos llegan. Pueden ser utilizadas al modo que más ayuden.
1ª Para un rato inicial de oración en común.
2ª Puntos para rezar a lo largo del día.
Deseamos a todos un agradecido 2020, a pesar de lo vivido, y un esperanzado 2021… puesta, ante todo, nuestra esperanza en el Dios encarnado que celebramos estos días.
