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Rezando con los refugiados en Tailandia: el acompañamiento es la piedra angular del servicio

marzo 31, 2016

Mi reciente visita a la región del JRS de Asia Pacífico fue la primera como director internacional; era mi primera vez en Camboya e Indonesia, y la visita a Tailandia de 1999 me pareció como historia antigua cuando volví. Me quedé realmente impresionado por la atención y dedicación de los miembros del equipo del JRS con los que me reuní.
Aunque ya conocía cómo era en general la labor del JRS en la región, me sorprendió saber a quién estamos sirviendo allí. Los afganos son el grupo principal con el que trabajamos en Indonesia, hay eritreos en Camboya, y parece que todo el mundo ha llegado a Tailandia: los refugiados karenni y karen de Myanmar que viven en campamentos, los pakistaníes y somalíes que viven en Bangkok…
Como siempre, escuchar las historias de los refugiados es conmovedor y estimulante. Como director del JRS, tengo el privilegio de escuchar las historias de todo el mundo, y me sorprende una y otra vez la fe y la fortaleza de las personas que voy conociendo. En la región, también aprendí algo sobre mí.
Disfruté hablando con mujeres y hombres optimistas: gente que sabe que el camino que les queda por delante puede ser tan arduo como el camino ya recorrido, y, sin embargo, encuentran la esperanza para seguir adelante. Conocí a muchas personas así: una familia afgana que tenía la esperanza de ir a los Estados Unidos; a unos líderes karenni vislumbrando un retorno a Myanmar; dos mujeres pakistaníes con un optimismo lleno de fe en el futuro, a pesar de que la espera para la entrevista sobre su estatuto de refugiadas se contabilice en años, no en meses.
Pero no todos los refugiados son tan afortunados u optimistas. Me encontré con un iraní a quien le negaron su solicitud para la condición de refugiado; la crudeza de su preocupación y confusión no eran fáciles de asimilar. Si bien me encontré con varios afganos convirtiéndose en expertos en inglés, que estaban contentos de estar en Indonesia, también conocí a un profesor de inglés refugiado para quien el camino era duro y la larga espera difícil de soportar. Sentí por lo que él estaba pasando, y sabía que probablemente no estábamos transmitiendo situaciones como esta en nuestra web. Resultado: me encontré presente en todas las historias que escuché, y redescubrí la gracia de caminar por espacios sombríos.
En el JRS, el acompañamiento es la piedra angular de lo que hacemos. Al caminar con las mujeres y hombres refugiados y desplazados, hacemos conexiones que nos nutren. También sabemos que la historia de cada refugiado es distinta y que no todas las historias se mueven hacia donde queremos, ni con la rapidez o la facilidad que quisiéramos. En este sentido, nosotros estamos acompañando el misterio pascual vivido en nuestro tiempo. Si bien a menudo desconocemos el momento de la resurrección, tenemos fe en que llegará, sea difícil o fácil la espera.

Reflexiones para la oración
Especialmente en este tiempo de Cuaresma, recemos por todos los hombres y todas las mujeres en movimiento, orando para que la presencia de Aquel que nos ama a todos les siga acompañando a ellos y a nosotros.
— Rvdo. Thomas H. Smolich SJ, director internacional del JRS

Lectura sugerida para la Oración
Salmos 137: 1-9
Junto a los ríos de Babilonia, nos sentábamos a llorar, acordándonos de Sion, en los sauces de las orillas teníamos colgadas nuestras cítaras.
Allí nuestros carceleros nos pedían cantos, y nuestros opresores, alegría: «¡Canten para nosotros un canto de Sion!»
¿Cómo podíamos cantar un canto del Señor en tierra extranjera? Si me olvidara de ti, Jerusalén, que se paralice mi mano derecha; que la lengua se me pegue al paladar si no me acordara de ti, si no pusiera a Jerusalén por encima de todas mis alegrías.
Recuerda, Señor, contra los edomitas, el día de Jerusalén, cuando ellos decían: «¡Arrásenla! ¡Arrasen hasta sus cimientos!»
¡Ciudad de Babilonia, la devastadora, feliz el que te devuelva el mal que nos hiciste!
¡Feliz el que tome a tus hijos y los estrelle contra las rocas!

Publicado en el JRS

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