Ya habían pasado muchos años de aquel acontecimiento, cuando las primeras Hijas de Jesús quieren saber de sus orígenes; y preguntan a la M. Cándida, de quién fue la idea: ¿de ella?, ¿del P. Herranz…? « Y siempre respondió: ‘ni mía ni suya, exclusivamente, sino de los dos y al mismo tiempo’.De idéntica manera se expresó el Padre varias veces sobre este asunto.» Así relata el P. García Alcalde, testigo de excepción, nuestro amanecer congregacional.
Nuestra inspiración fontal, recogida en nuestros primerísimos textos fuente, brota de las convergentes vivencias, en el Espíritu, de Juana Josefa y el P. Herranz.
Juana Josefa, 23 años, resuelta y decidida: «Yo, sólo para Dios».
Pero quizá no tenga claro cómo… Ella, muy consciente, afirma sentir la presencia de María «desde los cuatro años».
Es pues, legítimo, aventurar que, muy consciente rezaría desde el halda de su abuela:
«Señor mío Jesucristo, Creador, Padre y Redentor mío…». En Jesús totaliza su Dios. Y éste sentir de Jesús, se le anida en el hondón del alma para siempre: será el ADN del carisma congregacional: Hijas de Jesús. Es el Espíritu el que la sigue conduciendo.
Y van pasando los años. Valladolid; ya tiene 21-22 años, entre quehaceres domésticos, persona de oración vital, sigue buscando, sin hallar tal vez, el querer de Dios en su vida.
Y el P. Miguel, Herranz, para los cercanos, en la plenitud de su madurez, anda también inquieto. La sociedad española atraviesa un largo desierto de laicidad hostil a la Iglesia de Jesús. La Compañía, en el exilio. Ha tenido que dejar su comunidad de León y refugiarse en su familia. Le duele España: han llegado hasta prohibir el Catecismo en las escuelas.
Pues… que está dispuesto a fundar una Congregación de Maestras con título, que acaparen los puestos de educación y poder así evangelizar en la escuela. Le parece que la educación es la mejor inversión. Por ahí discurría nuestro P. Herranz mientras ejercía su ministerio sacerdotal en la iglesia de S. Felipe de la Penitencia, en aquel altar lateral donde tenía su confesonario.
Allí acudiría Juana Josefa, al confesonario, única alternativa entonces, para comunicar, esclarecer eso que siente en su corazón que casi no puede ni expresar. Y el P. Herranz escucha… y siente también. Hombre de fe, acostumbrado a “reflectir” sobre sus mociones y sentimientos para “buscar y hallar a Dios en todas las cosas”. Desafiando toda lógica humana concluye: Juana Josefa es “la elegida”.
Parece ser que queda confirmado, no sólo por el Espíritu en aquella Eucaristía; sino también cuando la joven vasca, quizá desconcertada, va a contarle los planes de Dios sobre ella que la Virgen le ha hecho sentir en aquel altar lateral de la iglesia del Rosarillo q tanto frecuentaba.
Qué tuvieron que sentir los dos, al comunicarse sus convergentes vivencias? “Los dos y al mismo tiempo”. Reiterarían, años después, ambos.
Los rasgos telúricos de nuestra inspiración fontal, trazados con energía:
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“HIJAS DE JESÚS”: en el nombre: nuestro ser y modo de proceder. Resonancia bíblica del nombre.
Parecernos a Él, “como una hija se parece a su padre”. Y Pablo nos dirá: “Tened los mismos
sentimientos que Cristo Jesús” sentimientos, valores, actitudes, criterios… Ser y actuar como Jesús.
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MARÍA: especial presencia.
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CONGREGACIÓN, se pertenece, sirviendo.
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MISIÓN se nos confía lo más preciado de la creación: EDUCACIÓN DE LA NIÑEZ Y JUVENTUD
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CÁNDIDA MARÍA DE JESÚS: nombre nuevo: magnífico y simbólico. Reiterado, así dicen los textos, ante el rechazo y forcejeo de Juana Josefa. Algo se nos revela en este nombre nuevo
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SUB VEXILLA CRUCIS: Viernes Santo. Los tres textos añaden: “lucha y batallas” contra el “enemigo común”. “Fundación que tantísimo les había de hacer sufrir a los dos”. Pero, la presencia de María, “su poderosa ayuda” juxta crucem, en tensión pascual para llegar a ser: “una Congregación de unión, de amor, de verdadero y fructífero apostolado”
Bilbao. Teresa Zugazabeitia F.I.
