loader image

La Navidad nos invita a vivir un verdadero renacer filial.

Dic 23, 2025 | fi, Liturgia - oración, Noticias

Después de recorrer juntas el camino del Advientodespertando a la esperanza, aprendiendo a acoger, fortaleciendo el corazón con una espiritualidad profética y renovando nuestra disponibilidad a la llamada— llegamos a la Navidad.

Hoy celebramos que Dios no se quedó a distancia: se ha manifestado su gracia, ha entrado en nuestra historia y ha hecho su morada entre nosotras.

La Navidad no es solo un recuerdo; es una experiencia viva. Dios sigue naciendo allí donde la vida parece frágil, pequeña o herida, y nos invita una vez más a renacer filialmente.

Acogemos la Palabra

Querido hermano:

Se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, llevemos ya desde ahora una vida sobria, justa y piadosa, aguardando la dicha que esperamos y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo,el cual se entregó por nosotros para rescatarnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo de su propiedad, dedicado enteramente a las buenas obras. (Tt 2, 11-14)

Esta Palabra nos recuerda que la gracia no es algo abstracto: tiene rostro, nombre e historia.  Jesucristo nace para todos, se entrega por amor y nos enseña a vivir ya desde ahora de un modo nuevo: más libre, más justo, más entregado.

La Navidad nos invita a reconocer que la salvación se nos ofrece hoy, en lo concreto de nuestra vida y de nuestra misión.

La Determinación ilumina nuestro camino

“Si la filiación está en el corazón de la identidad de Jesús, el Reino de Dios es el centro de su misión. La vida de Jesús nos invita a nacer de nuevo (Jn 3, 1-21). Esta experiencia espiritual es un don y una tarea que estamos invitadas a transitar, una conversión filial que no deja fuera las heridas, ni las cicatrices que cargamos en nuestra historia; así como tampoco, todo el bien y el amor que hemos entregado en cada etapa de la vida. Dios sigue haciendo fecundo el carisma que hemos recibido como don en la Iglesia y nos alienta a no dejar apagar la mecha que, a veces, parece estar humeante (Is 42, 3).” (Determinación 11)

La Navidad nos revela el corazón de Dios: un Padre-Madre que se acerca, que entra en nuestra historia tal como es, con luces y sombras, con heridas y dones.

Renacer filialmente es acoger esta gracia, permitir que Dios vuelva a engendrarnos en la confianza, en la esperanza y en el amor, sin negar lo vivido, sino dejándolo transformar.

Resuena en nuestra vida

La Navidad abre un tiempo nuevo. Dios sigue confiando en nosotras, sigue cuidando el carisma recibido y nos anima a no apagar la pequeña llama que aún arde, incluso cuando parece débil.

Celebrar la Navidad es dejarnos habitar por esta gracia y permitir que se traduzca en buenas obras, en gestos sencillos de amor, en una vida entregada al Reino.

¿Qué gracia recibes de Dios en esta Navidad?

Que el Niño Jesús nos regale una Navidad llena de luz, paz y esperanza, y nos ayude a renacer, una vez más, como hijas amadas.

Hijas de Jesús
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.