Los días 27 y 28 de agosto la provincia de España-Italia celebró su asamblea en Salamanca. María Luisa Berzosa fi narra para toda la familia de la Madre Cándida el relato de encuentro, alegría, compartir y disfrutar.
Nos hemos reunido en multitud –unas 200- para la Asamblea anual, esta vez en Salamanca. El viernes por la tarde la calle San Pablo era un incesante ir y venir de Hijas de Jesús que iban llegando y se repartían en los diversos lugares de alojamiento: Casa de la Concordia, Colegio Mayor Montellano y Mostenses.
Los claustros de esta casa, convertidos en amplísimo comedor, nos rememoraban las celebraciones centenarias o jubilares que hemos vivido en este mismo lugar; el inmenso salón del colegio –edificio grande y luminoso- nos recibía desde primera hora de la mañana del sábado donde nos llegaba el saludo de nuestra superiora provincial, Teresa Pinto, quien nos recordaba el proceso vivido en este trienio que ahora termina, poniendo el acento en que en esta Asamblea vamos a tratar la “misericordia en acción”. Y nos animaba con palabras del Deuteronomio: “el precepto está en tu boca y en tu corazón, cúmplelo”.
José Luis Pinilla sj, nos dio una muy buena charla que nos calentó el corazón, con la pregunta repetida “¿dónde está tu hermano?” y muchos otros cuestionamientos, nos estimuló al mayor compromiso para no hacernos las distraídas y seguir mirando los rostros dolientes de nuestros hermanos.
Después de un rato de oración personal recogemos la mañana en la celebración de la eucaristía; José Luis en la homilía nos recuerda, entre otras cosas: “traducir la misericordia desde vuestro ser de Hijas de Jesús no consiste en hacer obras, sino en ser misericordia; construimos la comunidad desde la debilidad, comprendiendo que la otra es tan débil como yo… hemos decidido apostar por Jesús, somos del grupo de los perdedores, por Aquél loco crucificado, aquella loca que fue Cándida María de Jesús” …
Por la tarde nos repartimos en 8 talleres y podemos asomarnos a diversos escenarios:
– Laudato si
– Mujeres seducidas por el Espíritu
– Otras obras de piedad y caridad
– Educar desde la misericordia
Día intenso que tiene un broche musical: Manu Escudero nos ofreció durante un buen rato canciones de su repertorio que nos sonaban familiares; más, siempre más; tú también sumas, crece conmigo … y muchas más.
El domingo Pablo Veiga sj, párroco de El Milagro de Salamanca, nos acompañó en la Eucaristía; recogíamos en el corazón y expresábamos nuestras vivencias, deseos y sentimientos de estos días.
La mañana estuvo dedicada a un panel sobre la misericordia puesta en acción, escuchando las diversas presencias en las que estamos como provincia, con una variedad grande de atención a personas necesitadas en muchos lugares y siempre en colaboración con otros.
Todavía las experiencias vividas por Paloma Lesma en Nador y Melilla y Naike Martín en Magis y JMJ, y trasmitidas con tanta pasión, aumentaron el entusiasmo y la confirmación de dónde debemos estar, cada una según la medida de sus posibilidades, pero sin mirar para otro lado cuando las llamadas son tan fuertes …
Finalmente evaluamos la experiencia y escuchamos las palabras de cierre de Teresa Pinto que vuelve a insistir en la “misericordia aplicada, como mandato del Deuteronomio para todas, estemos donde estemos, hagamos lo que hagamos, pero unidas en la misma dirección”.
Ella agradeció a muchas personas que han colaborado de modo especial en la preparación de la Asamblea, y a todas por la presencia. También ella, y las hermanas que terminan su servicio de gobierno, recibió la gratitud de la provincia en este cambio de etapa. Y los mejores deseos para Mª Carmen Martín que ha tomado el relevo con el nuevo equipo, el 1 de septiembre.
Por la tarde, algunas menos, nos fuimos a Plasencia (Cáceres) ciudad monumental que recorrimos en grupos con guías locales. Y nos despedimos de ella compartiendo nuestras bolsas de merienda-cena en un parque; volvimos a Salamanca entrada la noche, calurosamente cansadas pero todavía con alegría y sin que faltasen gotas de buen humor.
Nos hemos encontrado y reencontrado, -cosa que siempre nos alegra-; hemos vivido juntas esta experiencia de “misericordia aplicada”; hemos reconocido tanto lugares donde somos misericordia y la recibimos de los demás… ahora volvemos a nuestras casas con el corazón como los de Emaús: un poco caldeado por haber re-conocido al Señor a través de tantos gestos de pan partido y vino saboreado.
Por María Luisa Berzosa fi