El pasado 2 de abril, fiesta significativa para todas las Hijas de Jesús, tuvimos nuestra jornada de encuentro la Comunidad Ampliada de Madrid, en el colegio María Virgen. Hace tiempo sentíamos la necesidad de un mayor conocimiento de la realidad que nos ocupa y pensamos que sería bueno buscar algunas personas que nos dieran otras voces del entorno.
Comenzamos con un rato de oración en torno al Rosarillo y pudimos compartir nuestras resonancias; también nosotras, como Cándida María de Jesús, sentimos la invitación de Jesús a su seguimiento; como ella y como Jeremías, tenemos dudas, temores, dificultades … pero la palabra del Señor es más fuerte: “No temas, yo te he llamado por tu nombre …yo estoy contigo”.
Después Pepa Torres, religiosa de la congregación Apostólicas del Corazón de Jesús, quien trabaja con los inmigrantes del barrio de Lavapiés donde vive y en otros muchos ámbitos donde se encuentran y sobre todo mujeres, acompañando muy de cerca sus luchas reivindicativas.
No solamente nos dio información de estadísticas y situaciones inhumanas que se viven en muchos ambientes, sino sobre todo, nos comunicó su entrega vital, su vida apostada a estas causas, su dedicación a las mismas fundamentado todo ello en la raíz de la fe y en la persona de Jesús por quien se ha lanzado a esta entrega y se mantiene en ella.
Carlos Aguilar, es un sacerdote diocesano, de larga relación con nuestra congregación en el barrio de Usera, en Madrid, en Roma, en cualquiera de nuestras casas y encuentros donde le llamemos. Ahora ha sido nombrado Vicario para la Evangelización y desde ahí nos compartió la realidad de lo que supone evangelizar hoy, recordando textos de los últimos Papas y de la Evangelii Gaudium y también de lo que está significando llevar adelante el Plan Diocesano de Evangelización que se ha puesto en marcha por iniciativa de nuestro Arzobispo Don Carlos Osoro.
Después dialogamos ampliamente con Pepa y Carlos y se nos abrieron horizontes apostólicos, sueños, deseos … retos y desafíos enormes para continuar conociendo más y más otros escenarios que existen, sin duda.
Por la tarde compartimos en grupos unas preguntas a propósito de todo lo escuchado, siempre con el deseo de concretar de modo aterrizado según “tiempos, lugares y personas” aquello en lo que ya estamos y otros horizontes que se van abriendo.
Antes de terminar se nos recuerda que iniciaremos los grupos espontáneos para seguir compartiendo y se ofrecen dos: en abril, “análisis creyente de la realidad”, en la casa de Orcasur y en junio, en Mater, rezar sobre nuestro objetivo de comunidad: “cuidar y acompañar a las personas”.
La próxima jornada comunitaria queda pendiente de un encuentro que tendrán directores y titular de los tres colegios para darnos a conocer su camino apostólico desde los mismos.
Después de volver a la capilla para recoger el día en otro momento de oración agradecida, nos despedimos con la alegría pascual que se manifiesta en tantos detalles de acogida, cordialidad, preparación, servicialidad y en ese don que es Cándida María de Jesús quien con su “sí” dio al mundo nuestra congregación.
Por María Luisa Berzosa FI
