«Se hace difícil felicitar la Navidad cuando todo el mundo lleva casi un año afectado por una pandemia, con lo que supone de dolor, muerte, pobreza y cuando nosotras mismas hemos sido tocadas por ella», nos dicen las hermanas del Gobierno general en su felicitación de Navidad de este año.
Y nos recuerdan que «Dios no vino a nosotros en las mejores condiciones, no esperó a hacerse uno de nosotros a que el mundo respondiera a lo que El mismo había soñado para sus hijos«.
Nuestra fiesta y nuestra esperanza es que Dios está con nosotros, que Dios viene a sus hijos sin poner condiciones. ¿Esto es para nosotros razón suficiente para estar de fiesta? ¿Necesitamos algo más?