El mes de septiembre -en este Hemisferio- podría subtitularse: Volver, no con la frente marchita, como canta el tango, sino con las energías renovadas si es que hemos podido descansar -ya es un privilegio tener trabajo y otro sobreañadido-, poder tener vacaciones.
Volver al colegio, a la oficina, a la empresa, al taller, volver a la rutina de la vida cotidiana … pero la pregunta importante es cómo volvemos: ¿con energías renovadas? ¿con nuevas fuerzas, físicas, psicológicas y espirituales? ¿O el regreso lleva consigo algo de trauma post-vacaciones?. Preguntas quizá un poco incómodas de responder, pero necesarias si queremos vivir con sentido, tanto el trabajo como el descanso.
Y hablando de volver también hemos retomado las tareas sinodales. El tiempo vuela y avanzamos hacia la asamblea final del mismo en octubre 2023. El pasado 15 de agosto se cerró el plazo de la fase diocesana y ya nos asomamos a la etapa Continental, es decir, de las Conferencias Episcopales.
Nuevos trabajos de investigación teológica, nuevos insumos que ayuden a la fase Continental, otras subcomisiones temáticas que se van creando… Ahí estamos con etapas marcadas en la agenda para entregar trabajos. Seguimos en camino sinodal; ya sabemos que no es un hecho puntual sino un proceso y un proceso espiritual que requiere actitud orante, de escucha entre nosotros y
juntos al Espíritu.
Cuando aquí estábamos en tiempo de verano, en otras latitudes estaban en pleno curso académico y ha habido múltiples encuentros a diversos niveles, todos con el objetivo de no detener el ritmo, sino seguir dialogando y tratando de acompañar el itinerario en cada contexto.
En los últimos días de agosto se ha presentado en Conferencia de Prensa, la Fase Continental del Sínodo.
Para la ocasión, los cardenales Mario Grech, Secretario General del Sínodo, y Jean Claude Hollerich, Relator General para el próximo Sínodo, han ofrecido informaciones sobre las Síntesis que han llegado a la Secretaría General del Sínodo y que han sido elaboradas a partir de la consulta mundial sin precedentes al Pueblo de Dios, en los meses anteriores, así como algunas informaciones sobre cómo será elaborado el Documento para la Etapa Continental.
También ofrecieron su lectura y propio testimonio de la primera etapa del proceso: Nathalie Becquart xmcj, Luis Marín osa, subsecretaria y subsecretario de la Secretaría del Sínodo, y Giacomo Costa sj, miembro de la comisión que prepara la síntesis de las aportaciones recibidas.
Todo el equipo nos compartió su vivencia que podría sintetizarse en: el agradecimiento, la valoración de las experiencias logradas y el análisis de las perspectivas que nos invitan a constatar las dimensiones de la sinodalidad que nos comprometen y hacen crecer en el amor a la Iglesia.
Afirmaban también que ha llegado una enorme cantidad de documentación que nos habla de una iglesia viva, necesitada de autenticidad y de sanación.
No podemos ignorar que los ritmos de trabajo y de compromiso son muy diversos y que no faltan las resistencias, a veces en forma directa y otras de modo más pasivo, pero se va constatando que la “sinodalidad ha venido para quedarse”.
Y lo más importante es hacer que la iglesia camine unida, sin exclusiones ni prejuicios, sino escuchando la voz de todos, para que nadie sufra por no sentirse acogido y escuchado.
Para continuar juntos el camino en esta etapa nueva, punto y seguido con la anterior, nos ayudará renovar la confianza en el Espíritu que conduce este proceso y en el entusiasmo para ofrecer lo mejor de cada persona, y comunidad y lograr así una iglesia que es sinodal o no es.
Nos apropiamos de los versos de Mario Benedetti que nos impulsan:
No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor
momento …
¡Feliz regreso!
María Luisa Berzosa FI