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Miércoles de Ceniza 2022

marzo 1, 2022

Compartimos las palabras que nos ha dirigido nuestra Superiora General a las Hijas de Jesús hoy, Miércoles de Ceniza.

Basten éstas y el mensaje de Cuaresma del Papa Francisco para estar con el Señor y dejar que Jesús nos cambie.

De la carta nº 23 de Graciela Francovig

Hoy se inicia la cuaresma. Es este un tiempo privilegiado que la Iglesia nos ofrece para una conversión y renovación personal y comunitaria. Puede ser saludable dedicar un tiempo a examinar serenamente con el Señor nuestra vida, nuestro seguimiento, nuestra vivencia de la pobreza, las relaciones con los demás, nuestra unión, el cuidado del medio ambiente y el cuidado de los demás.

Tenemos muy cerca la experiencia de una guerra entre Rusia y Ucrania, que está comprometiendo al resto de los países de Europa, geográficamente más cerca, pero que afecta a todo el mundo. Sigamos pidiendo con insistencia a Dios que los seres humanos descubramos el valor incalculable de la paz, por encima de cualquier otro interés. Consideremos en qué medida nosotras somos sembradoras de paz, cómo educamos para la paz, porque nuestra vida revela lo que llevamos en el corazón.

El mensaje del Papa Francisco para la cuaresma de este año es una reflexión sobre la exhortación de San Pablo: No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos” Ga. 6, 9-10 a.

Invito a todas a tomar en serio estas palabras del apóstol: “hacer todo el bien que podamos…” y llevarlas a nuestra oración personal y comunitaria y al examen de cada día. Detengámonos a ver cuántas veces dejamos de obrar un bien que puede dar vida a los demás. El bien para nosotras puede ser cuidar la unión entre nosotras y también con los laicos, cuidar nuestras palabras al hablar de los demás, procurar decir bien de mi prójimo, las de cerca, y los de lejos.

Que el Señor obre en nosotras esa conversión que necesitamos para cuidar el ser, nuestro ser de Hijas de Jesús.

Les sugiero hacer personalmente, en casas y en comunidades, una lectura pausada, orante, del mensaje completo del Papa para esta cuaresma.

Con gran cariño y en unión de oraciones

Graciela Francovig, Superiora General

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