Para las Hijas de Jesús, actualizarnos, retomar la vida y vocación, no puede prescindir de un tiempo dedicado a las Constituciones. Por ello, hemos sido obsequiadas con unos días tranquilos, para este fin, acompañadas por Clara Echarte FI. Clara nos recordó que, en la lectura de las CFI, podríamos usar dos caminos, el carismático y el genético. El primer modo de acceso sería partir desde lo que es primero en nuestra intención (Cfr. CFI 4), es decir, unión, gobierno y buen ser (partes VIII-X) y un segundo, desde el inicio de la vida de hijas de Jesús, la admisión e inicio de la formación. En esta ocasión, transitaremos esta segunda vía.
Las Constituciones, para las Hijas de Jesús, no son cualquier libro sino que es el documento aprobado por la Iglesia que confirma el carisma y misión de la Madre Cándida como una vía posible para nosotras de vivir el Evangelio. Por ello, Clara insistió en la necesidad de desempolvarlas, bajarlas de los estantes y hacerlas compañeras de nuestro andar.
Quedamos muy contentas y agradecidas puesto que Clara nos posibilitó hacer este repaso y reconsideración de las Constituciones, con tiempo tranquilo para la lectura espiritual personal y la reflexión en grupos. Hemos podido compartir la novedad, dudas y subrayados que se nos asomaban en cada parte. Queremos destacar que hemos caído en la cuenta, una vez más, con gran gratitud a la Madre Cándida y a aquellas hermanas que con tanto esmero y osadía adaptaron las Constituciones y a los desafíos que surgieron del Vaticano II, de que el lenguaje y lógica interna de nuestras CFI son los Ejercicios Espirituales desplegados. No son reglas, sino nuestra vida en el Espíritu. Por suerte, aún tendremos algunos días más dedicados a profundizar en las tres últimas partes.
En otro orden, hemos tenido la dicha de participar de la vigilia Together, del Sínodo sobre la sinodalidad. Una bella, sencilla y honda experiencia ecuménica que nos hace sentir que es posible el camino de la paz y de la comunión.
Siguiendo con el Sínodo, queremos decirles que hemos tenido un día de reflexión con la H. María José Gay, animadora general de las Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas. Con ella tuvimos una jornada para conocer el aporte de la vida religiosa a través de la UISG y la USG al Sínodo. Pudimos sentir el palpitar de la Vida Religiosa frente a la sinodalidad, sentimos esperanza por lo que somos en la Iglesia pero creemos que, como vida consagrada, hace falta mayor apertura a los otros, en especial a los laicos/as.
