Del 1 al 7 de julio de 2017, un grupo de 14 profesores de Madrid, Almería, Burgos, Pamplona y Vigo, hemos vivido la experiencia de Ejercicios espirituales que ofrece la Congregación todos los años en San Sebastián.
Una vez más damos gracias a Dios, a la Congregación, a las HH que nos acogen, a las que los dirigen: Michel, Flora y Julia, y a todas las personas que la han facilitado porque es un “gran regalo” poder encontrarnos con Dios y con uno mismo, en este contexto en el que todo ayuda: celebraciones, naturaleza, casa, comidas, etc, etc.
La palabra más repetida ha sido “GRACIAS”. Nos vamos con ganas de volver…, incluso podíamos haber prolongado algún día más –dicen-. Hemos descubierto la importancia y necesidad del silencio.
Ha supuesto para nosotros:
– Un antes y un después en mi fe. Reafirmar mi fe
– Ha sido la mejor oportunidad que he tenido en mi vida para conocer al Señor de una manera más profunda, cercana y sentida
– Poder preguntarme de nuevo ¿Señor, qué quieres que haga?
– Despojarme de mi armadura, reconocimiento de lo verdaderamente importante
– Encuentros con el Maestro desde su Palabra y sacramentos
– Tiempo de reflexión, de parar, de acercarme más a Dios y de poner orden en mi vida de acuerdo a lo que Dios espera de mí
– Un regalo profundo y una sorpresa no esperada que me ha desbordado
– Orden interior y conocimiento con pautas para seguir trabajando
TESTIMONIO VIVIDO
Luz, símbolo de todo lo bueno, lo grande y lo hermoso, símbolo de protección y compañía y que sirve para evocar de una manera muy especial la belleza y el poder de Dios.
Tres candiles hemos tenido en este camino, candiles que nos han dado luz para mostrarnos a Dios, un Dios escondido pero que siempre ha estado ahí. Gracias por revelarnos e iluminarnos el camino hacia Dios, gracias a esos tres candiles que han generado una chispa, provocando todo un fuego de conocimiento, sabiduría, y cambio, un cambio que hace que todo se vea de otra forma. Hemos cambiado y nos hemos entrelazado con la vida. Y una vez que se ha prendido esa hoguera, ya no hay vuelta atrás, ya no se apagará. La búsqueda es eterna y la felicidad va con ella.
Gracias Señor por la inspiración y creatividad dadas en estos días y también gracias porque hemos sentido nuestras almas y fe en el silencio, ahora nos une algo, la búsqueda y el encuentro íntimo con Dios.
También nos gustaría pedir por aquellas personas, mujeres y hombres, que no entienden que para resucitar antes hay que morir; dales la luz de un buen candil. Gracias!