Ayer, 22 de julio, salía nuestra Superiora general, acompañada de Sonia Regina Rosa, hacia Vietnam para hacer la visita canónica a las hermanas. Allí estamos en dos casas: el juniorado de Vietnam y una casa con aspirantes del país. Este día, en la Iglesia, celebramos el día de Santa María Magdalena y, con motivo de esta fiesta, nos decía:
Que, como María de Magdala, cada una de nosotras podamos sentirnos llamadas y enviadas por Jesús. Escuchemos nuevamente su voz pronunciando nuestros nombres. Sólo en Jesús encuentran razón y sentido muchas situaciones que vivimos, personalmente o como Congregación.
Carta 31 de la Superiora general
Como ya es costumbre, en esta misma carta nos contaba sus impresiones de la última visita canónica, la que hizo a las Hijas de Jesús enviadas a República Dominicana.
La visita a esta comunidad fue del 25 de junio al 6 de julio. La vivimos con mucho gusto. Hoy, República Dominicana es una comunidad ampliada con seis casas, siete centros educativos encomendados –pues son del Estado dominicano– y llevamos una obra en colaboración. Pude ver aquí el auténtico sentido y caminar de lo que en algún momento el gobierno general anterior diseñó y soñó con el nivel local.
Una tarde de las que estuvimos en Santiago de los Caballeros, tuvimos un encuentro con un grupo de laicos. Fue un gustar de la Familia Madre Cándida. Con el discurrir de los días, habitualmente en silencio, vamos haciendo camino. Vamos viendo con claridad que en la Familia se da un sentido de “pertenencia” que va asociado a un compromiso, aunque este no se exprese de manera formal. Lo más desconocido para mí era nuestra presencia en Elías Piña. Y allí constaté un precioso trabajo de frontera, arriesgado y desafiante, que ha de ser cuidado. La educación en ese lugar cobra un alto sentido y contamos con niños dominicanos y un buen grupo de niños haitianos, pues es el límite con Haití. Hicimos muy presente a FASFI con su colaboración de voluntarios y miramos con ilusión el nuevo edificio de la escuela, hecho, en gran parte, con donación de la Embajada de Japón en República Dominicana y también con otras aportaciones. Los espacios donde hoy dan clases a los niños son tan precarios, que aquello no es posibilidad ni para ellos ni para los educadores.
Carta 31 de la Superiora general
Acompañamos todas estas misiones con nuestra oración y recordamos que a desde el 21 de julio están reunidos en Venezuela, durante una semana, laicos y las Hermanas enviados para el proyecto «Familia Madre Cándida». Han ido Matilde Polanco, Norma Granzotto y Blanca Esther Iriarte, junto a Dayse Agretti. Recemos por todos ellos y esperemos las noticias que nos darán a su regreso.