Tiempo de decisiones comunitarias.
Llegamos a la última semana de Cuaresma y casi al final del Mensaje del Papa para este tiempo. Nos sugiere revisar en comunidad nuestros hábitos para buscar y arriesgar.
La forma sinodal de la Iglesia, que en estos últimos años estamos redescubriendo y cultivando, sugiere que la Cuaresma sea también un tiempo de decisiones comunitarias, de pequeñas y grandes decisiones a contracorriente, capaces de cambiar la cotidianeidad de las personas y la vida de un barrio: los hábitos de compra, el cuidado de la creación, la inclusión de los invisibles o los despreciados.
Invito a todas las comunidades cristianas a hacer esto: a ofrecer a sus fieles momentos para reflexionar sobre los estilos de vida; para verificar su presencia en el barrio y su contribución para mejorarlo. Ay de nosotros si la penitencia cristiana fuera como la que entristecía a Jesús.
Que se vea la alegría en los rostros, que se sienta la fragancia de la libertad, que se libere ese amor que hace nuevas todas las cosas, empezando por las más pequeñas y cercanas.
Para pensar y orar:
- La forma sinodal… En mi comunidad de vida ¿nos estamos atreviendo a practicar el método sinodal?
- Invito a todas las comunidades cristianas… ¿Sobre qué hemos reflexionado últimamente en mi comunidad cristiana? ¿Buscamos juntos qué quiere Dios de nosotros en el lugar donde vivimos?
- Que se vea la alegría en los rostros… ¿Qué dicen nuestros rostros comunitarios? ¿Desprenden la verdadera alegría que nace de la comunión en el Señor? ¿Aportan la fragancia de la libertad? Donde estamos, ¿se hacen nuevas todas las cosas por la presencia del amor?